Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

miércoles, 5 de junio de 2013

Un poema de Juan Gelman

Juan Gelman

[s/t]

en la ternura hay 
mundo que los amantes recorren 
sin ver el día que vendrá/ 
la muerte de la voz 

pronunciándose/ronca 
la cama/la cabeza 
en la porfía 
del paladar/el tiempo nómada 

fuera ya del oasis/como quien 
llora en un cuarto sin luz/apenas 
vivido en el sabor 

del pudo ser/impaciente del cielo 
que no sobrevendrá/con más 
amor y antes 

a andreíta

- . - . -

Juan Gelman: Incompletamente. Seix Barral; Biblioteca Breve. Buenos Aires (Argentina), 1997. Pág. 58.

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