Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas. Si suena, el chistido seco de un colibrí nos habrá puesto cerca de la posibilidad de otro recorrido. Este vagabundeo con la imaginación elegirá hacer pie en las hojas, en las alas, en la luz. O puede detener su mirada en el gatito que dedica ingentes esfuerzos a perseguir su propia cola.

Que el gato encuentre su rabito y lo muerda es tan inmediato como la sorpresa dolida con la que se suelta. Pero pocos segundos después olvida o juega a que olvida y vuelve a correr tras de sí. Nosotros pasaremos los días en la misma ronda de encuentros de luz, mordidas de ramas y colibríes de olvido.

Quizás aquí, Bajo la rosa china, experimentemos algo de ello.

domingo, 3 de abril de 2016

Un poema de Mariano Pérez Carrasco

Mariano Pérez Carrasco

XX 

Debajo de tus ojos como dedos 
que se abren al crepúsculo y que sangran 
las palabras se pierden como arena o como viento 

Debajo de tus ojos el océano se agita 
y bailan las estrellas su danza inmóvil en el cielo 

Yo estoy en esa danza de todos los objetos 
en la noche que se apaga con su luna 
en los fuegos pequeños / en el sol 
en la luz en el viento 

Giro y me deshago en el desorden sin centro de las cosas 

- . - . - 

MARIANO PÉREZ CARRASCO. Construcción de cenizas y otros poemas. Alción Editora. Córdoba (Argentina), 2009. Pág. 39. 

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